Este artículo
nos habla de la situación de un Centro de Acción Educativa Singular de Málaga,
y del proyecto educativo que lleva a cabo un grupo de maestros, para
transformarlo en un lugar acogedor, donde los alumnos y sus familias estuvieran
más implicados.
Al principio,
según comenta uno de los maestros, les llamó la atención el color amarillento y
el olor a pasado, con paredes repletas de cuadros de vírgenes y cristos; y de
como con este proyecto educativo, donde los maestros trabajan en equipo, se han
propuesto transformar esta realidad; en primer lugar, deciden pintar el centro
de muchos colores, para así transformarlo en un lugar alegre, amable y lleno de
vida.
Sabían que
debían ser humildes en sus intenciones de cambiar viejas formas de actuar, pues
la realidad de este centro es que su alumnado y familias pertenecen en su
mayoría a grupos de exclusión social.
El primer día,
llenaron el centro de pancartas de bienvenida, lo decoraron y acogieron al
alumnado en el salón de actos, por ejemplo.
Otro aspecto
que consideraron importante fueron las puertas. Pensaron que sería importante
mantener las puertas abiertas, como forma de combatir el absentismo del
alumnado, además de convertirlo en un centro divertido, abierto y acogedor; en
relación con las puertas, trabajaron en cada una un proyecto de investigación
distinto; es decir, los alumnos se dividieron en grupos y cada grupo debía
decorar una puerta con una temática determinada; esto hace que a la vez que los
alumnos aprenden diferentes contenidos, también mejoran las relaciones entre
ellos y contribuyen al proceso de “hacer bonito y acogedor” el centro; y no hay
mejor manera, que haciendo que cada uno se sienta partícipe de esa acción.
En relación
con los tiempos, podemos ver que por la mañana, las madres entran en el aula e
interactúan con sus hijos, hablan entre ellas y con las maestras. De esta
forma, las familias se han implicado más en la educación de sus hijos y
participan más en el centro. Las reuniones con las madres, se realizan a
primera hora, para que puedan acudir con facilidad.
También han
creado nuevos espacios de relación con las familias: encuentros con café y
dulces por la mañana, cursos TIC, etc.
Descubrieron
que a través del arte podían trabajar diferentes aspectos para mejorar el
centro, aumentar la participación, la autonomía, la autoestima, etc. y además
llenar los espacios de color, y han creado por ello un espacio dedicado a la
creación artística, el Aula de Arte.
En relación
con los espacios, en las aulas trabajan alumnos de diferentes edades y con
proyectos diferentes; pero el proyecto global, busca ofrecer espacios e
creación colectiva en el centro, con la participación de todos; por ejemplo,
elaboración de carteles, esculturas, juegos, etc. También, los alumnos de 5º y
6º de primaria se organizan en grupos y trabajan como voluntarios con los
alumnos de infantil.
Nos comentan
también, cómo han podido trabajar con los alumnos en espacios en el exterior;
al principio ni se planteaban realizar con ellos ninguna actividad fuera del
centro, pero probaron y no salió mal, y a raíz de esto fueron realizando cada
vez mas salidas como recurso educativo.
Comentan que
una maestra terminaba sus clases poniendo a los alumnos música relajante y
haciendo masajes, a algunos maestros les pareció una buena idea y la empezaron
a poner en práctica en sus aulas. En definitiva, este grupo de maestros, apostó
por cambiar este centro y con el a sus alumnos y familias, desde el punto de vista
de la estética, de hacerlo más bonito y acogedor, pero no únicamente para que
físicamente fuera bonito, sino como intención educativa; el trabajar todos por
embellecer el centro, hace que todos se impliquen en su mantenimiento, por
ejemplo, y esto, en definitiva, educa.
Estos maestros
y sus alumnos, han convertido el centro en un espacio amable, con un clima de
confianza, bonito; una escuela estéticamente cálida.